El más reciente sismo de magnitud 6 que sacudió varias regiones del Perú este fin de semana es un duro recordatorio de que el país no está preparado para enfrentar un gran terremoto, advierten expertos.
El epicentro del temblor se registró frente a la ciudad de Chimbote, en la región de Áncash, pero sus efectos se sintieron en departamentos como Cajamarca, Tumbes, Lima, Ica, Lambayeque, Amazonas, San Martín, Junín, Pasco, Huánuco, Ucayali y Piura. Según el Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci), el sismo dejó al menos 28 personas lesionadas.
Esta no es la primera vez que se evidencia la vulnerabilidad del Perú ante los desastres naturales. Hace más de diez años, el Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet) ya había identificado 15 zonas críticas en Áncash y La Libertad con alto riesgo sísmico. Sin embargo, las autoridades no han logrado implementar medidas efectivas para mitigar estos peligros.
"El Perú no está preparado. Muchos terrenos donde se han levantado nuevas edificaciones como laderas, zonas de deslizamiento o de caída de rocas no son seguros. Pero las municipalidades a veces no solo hacen vista gorda, sino que promueven estas ocupaciones", advierte el artículo.
Además, la infraestructura pública crítica, como hospitales, redes de transmisión eléctrica, de agua y de comunicación, o carreteras principales, no se encuentra debidamente blindada ante eventuales sismos de gran magnitud. De hecho, el hospital La Caleta, de Chimbote, registró la caída de baldosas y rajaduras tras el último temblor.
La responsabilidad no recae solo en el Estado. Según el Instituto Peruano de Economía (IPE), entre el 2007 y el 2024 se construyeron 1,6 millones de viviendas informales en el país, lo que representa el 63% del total edificado en ese período. Solo una de cada siete viviendas tuvo la supervisión de un ingeniero o arquitecto.
"Las familias deben también contar con un plan de evacuación, una mochila de emergencia y un botiquín de primeros auxilios. En el ámbito público y privado, la contratación de seguros contra estos daños podría ayudar significativamente en la reconstrucción posterior", señala el texto.
Lamentablemente, la coyuntura política y económica suele distraer a las autoridades de estos riesgos catastróficos. Sin embargo, expertos advierten que el costo de no atender esta problemática es incalculable, por lo que urge tomar medidas para fortalecer la preparación del país ante la eventual ocurrencia de un gran terremoto.











