El pasado domingo, en la madrugada, el complejo de fútbol perteneciente al delantero de Racing, Adrián "Maravilla" Martínez, fue víctima de un robo perpetrado por un grupo de jóvenes. El hecho quedó registrado por las cámaras de seguridad del lugar, que muestran a los individuos ingresando y retirándose con diversos elementos utilizados para el funcionamiento diario del espacio deportivo.
Horas después, la cuenta oficial de Instagram del complejo publicó las imágenes de las cámaras de seguridad, junto a un contundente mensaje dirigido a los responsables. En el texto, se les pide a los ladrones que devuelvan lo sustraído, evitando así tener que proceder con una denuncia formal.
"Chicos, lastimosamente ya sabemos quiénes son y dónde fueron con las cosas, por favor traerlas nuevamente. No es necesario que tengamos que denunciar y hagan allanamientos a sus padres por las cosas que llevaron y las cagadas que se mandaron... los esperamos", expresa el comunicado.
La decisión de Martínez de exponer públicamente el robo y solicitar la devolución de lo robado está directamente relacionada con su propia historia de vida. El futbolista ha hablado en reiteradas ocasiones sobre su pasado y el tiempo que pasó privado de su libertad antes de encauzar su carrera en el fútbol profesional. Esto parece haber influido en su forma de enfrentar este tipo de conflictos, optando por una vía de diálogo y reparación del daño.
El episodio se ha vuelto viral en las redes sociales y ha generado múltiples reacciones, tanto por el contenido del mensaje como por la decisión de Martínez de exponer públicamente el robo. El mundo del fútbol sigue de cerca este caso, en el que el delantero de Racing vuelve a ser protagonista, esta vez por una situación ocurrida fuera de la cancha.
