El autor, un hombre de 61 años, relata cómo en un vuelo nocturno a Buenos Aires recibió la noticia de que su esposa había menstruado, lo que significaba que no serían padres por cuarta vez. Conmovido, describe cómo se sintió aliviado, jubiloso y eufórico, como si hubiera ganado la lotería, pues no deseaba ser padre nuevamente a su edad y por los altos costos que eso implicaría.
Durante su estadía en la capital argentina, el autor disfruta de los placeres que la ciudad le ofrece, como paseos por Recoleta, comidas en restaurantes destacados y relajantes sesiones en la piscina del hotel. Sin embargo, no todo es felicidad, ya que tiene un fuerte altercado con su esposa e hija por diferencias en gustos musicales, lo que lo deja profundamente triste y deseando haber pasado la Nochebuena con su madre en Perú.
A lo largo del relato, el autor reflexiona sobre su edad, sus planes a futuro y la carga económica que significaría tener un nuevo hijo, llegando a la conclusión de que la noticia de la menstruación de su esposa le ahorró un millón de dólares y muchos dolores de cabeza. La experiencia lo lleva a reafirmar su decisión de no querer ser padre nuevamente.











