Cristiano Ronaldo no solo ha construido una carrera legendaria dentro del fútbol, sino que también ha levantado un verdadero imperio personal basado en el lujo, la inversión y la exclusividad. El astro portugués, convertido en una marca mundial, sigue marcando tendencia fuera de las canchas y demostrando que su ambición va mucho más allá de los goles y los títulos.
El último gran movimiento de CR7 se dio en Arabia Saudí, donde adquirió dos villas de alto nivel en la isla de Nujuma, un enclave exclusivo del Mar Rojo al que solo se puede acceder por barco o hidroavión. La operación, cercana a los ocho millones de euros, refuerza la imagen de un futbolista que elige siempre escenarios reservados para muy pocos.
El patrimonio inmobiliario de Cristiano Ronaldo es tan impactante como su carrera deportiva. En Madeira, su tierra natal, posee una villa valuada en más de siete millones de euros, equipada con piscinas, jacuzzi y hasta un campo de fútbol privado. En España conserva una residencia de lujo en Marbella, dentro del exclusivo complejo La Resina Golf.
En Portugal, Ronaldo dio uno de sus mayores saltos con una mansión en Quinta da Marinha, en Cascais: tres plantas, más de 2.700 metros cuadrados, vistas al Atlántico y un garaje con capacidad para 20 vehículos. Solo la compra rondó los once millones de euros, a lo que luego se sumó una reforma integral adaptada al gusto de su pareja, Georgina Rodríguez.
El lujo de Cristiano Ronaldo se completa con un garaje de ensueño que incluye Bugatti Centodieci, Veyron y Chiron, Rolls-Royce Cullinan, Bentley Flying Spur y joyas italianas como LaFerrari, Ferrari F12 Tdf y Lamborghini. A esto se suman relojes exclusivos y su faceta empresarial en restaurantes como Tatel o Zela, consolidando a CR7 como una estrella global que convirtió el éxito deportivo en un estilo de vida sin concesiones.
