El terror independiente en primera persona vive un momento dorado, impulsado por pequeñas producciones que no temen experimentar con ideas radicales. Lejos de las grandes superproducciones, muchos de los nuevos lanzamientos buscan sorprender, incomodar y desafiar las expectativas del género. Y en ese panorama tan fértil es donde nace una propuesta como A.I.L.A.
A.I.L.A. es un juego de terror y puzles en primera persona que convierte cada nivel en un espejo distorsionado del propio protagonista, el tester de videojuegos Samuel. Conectado a una inteligencia artificial experimental llamada A.I.L.A., Samuel deberá enfrentarse a una serie de realidades perturbadoras que ponen a prueba sus traumas y miedos más profundos.
Cada capítulo del juego funciona como un "juego dentro del juego", presentando un estilo de horror diferente: casas embrujadas, carreteras desérticas, experimentos médicos, bosques deformados, dimensiones imposibles. Esta aproximación antológica mantiene al jugador constantemente sorprendido, sin saber qué tipo de experiencia aterradora le tocará vivir a continuación.
El principal pilar de A.I.L.A. es su manejo de la atmósfera. El juego sabe incomodar con imágenes inesperadas y sangrientas, manteniendo al jugador en tensión con detalles visuales que cambian cuando mira hacia atrás. Influencias de títulos como Eternal Darkness, SOMA y Layers of Fear se hacen evidentes en este terror que se queda sentado detrás del jugador, esperando el momento justo para atacar.
La primera mitad del juego es la más interesante desde un punto de vista psicológico y narrativo, a medida que cada capítulo aporta una pieza al rompecabezas emocional que intenta descifrar la mente de Samuel. Sin embargo, conforme avanza la historia, la narrativa comienza a fragmentarse y perder cohesión, lo que hace que el impacto emocional inicial se diluya.
Aun así, A.I.L.A. ofrece secuencias de terror psicológico memorables, con una experiencia visual que mantiene al jugador pendiente del próximo giro surrealista. Si bien el combate contra las criaturas de la IA es impreciso y poco satisfactorio, el juego logra compensarlo con una atmósfera inquietante y una narrativa experimental que, a pesar de sus altibajos, cautivará a los amantes del terror independiente.
