A pesar de la complicada situación que atraviesan los Leones del Caracas, que caminan por la cornisa de la eliminación en la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP), el conjunto capitalino sigue contando con una nómina repleta de talento individual. Varios de sus lanzadores han destacado por su rendimiento y perfil, convirtiéndose en codiciados refuerzos para los equipos que logren clasificar a la postemporada.
Si bien los Leones ocupan el sótano en cuanto a efectividad colectiva, con un promedio de carreras limpias permitidas de 5.80 en 468.1 entradas laboradas, han surgido individualidades capaces de aportar estabilidad en situaciones de alta presión. Estos brazos podrían ser la diferencia para cualquier equipo que busque llegar a la Gran Final.
Yoimer Camacho se ha consolidado como el brazo de mayor confianza para el mánager José Alguacil. El derecho ha visto acción en 31 compromisos, demostrando ser un "caballito de batalla" con un récord de tres victorias, una derrota y un salvado, además de una sólida efectividad de 3.57.
Por su parte, Ricardo Rodríguez es quizás una de las piezas más atractivas por sus números recientes. El relevista ha trabajado en 24 encuentros, dejando una minúscula efectividad de 1.52 en 23.2 entradas, con apenas cuatro carreras limpias permitidas y 22 ponches.
Norwith Gudiño, otro de los pilares del bullpen caraquista, presenta una marca de 3-2 con una efectividad de 4.01 en 33.2 entradas lanzadas. Su durabilidad y conocimiento de la liga le otorgan un valor añadido para equipos que busquen brazos probados en la liga invernal.
Finalmente, el zurdo José Torres destaca como uno de los pocos lanzadores del Caracas con una efectividad inferior a la barrera de las 4.00. Torres ha demostrado versatilidad y eficacia, dejando un récord de tres victorias y un revés en sus 11 aperturas (o apariciones clave), convirtiéndolo en un "especialista" de lujo o un abridor situacional que cualquier equipo clasificado querría tener en su roster para el Round Robin.
Estos nombres, con su experiencia en situaciones de máxima presión y el roce competitivo que ofrecen, podrían ser la clave para que los equipos que avancen a la postemporada logren blindar sus cuerpos de pitcheo y llegar a la Gran Final de la LVBP.
