El Gobierno del presidente argentino, Javier Milei, logró este viernes la aprobación en el Senado del proyecto de Presupuesto 2026, que ya había recibido el visto bueno general en la Cámara de Diputados, aunque con el rechazo a ciertas reducciones de gastos pretendidas por el Ejecutivo.
La sesión en el pleno de la Cámara Alta se inició en horas del mediodía y el oficialismo confió en contar con los votos necesarios de sectores opositores en diálogo con el Gobierno para sacar adelante la iniciativa. Finalmente, el proyecto de Presupuesto fue aprobado con el apoyo de la coalición gobernante de ultraderecha La Libertad Avanza, que cuenta con 21 senadores, y de algunos partidos provinciales.
El proyecto de Presupuesto remitido por el Ejecutivo al Parlamento en septiembre pasado prevé para el año próximo un crecimiento del PIB del 5% y una desaceleración de la inflación anual al 10,1%. Asimismo, proyecta un superávit fiscal primario del sector público nacional equivalente al 1,5% del PIB, con un aumento del 20,6% en el gasto público y un alza en los recursos del 20,8%.
Sin embargo, durante la votación punto por punto en la Cámara de Diputados se rechazaron algunos aspectos del proyecto, como la eliminación de las leyes que ordenan mayores fondos para las personas con discapacidad y las universidades públicas. Estas modificaciones deberán ser analizadas ahora por el Senado, lo que podría generar un nuevo debate y reenvío del proyecto a Diputados antes de la medianoche del próximo 30 de diciembre, cuando expire el período de sesiones extraordinarias en el Congreso.
El senador oficialista Ezequiel Atauche, al abrir el debate, sostuvo que "las premisas para el Presupuesto 2026 son claras" y que este "se ha formulado con un escenario de estabilidad", con estimaciones de un tipo de cambio de 1.423 pesos, una inflación del 10% y un crecimiento económico del 5%, "una tasa increíble que es casi un milagro".
La aprobación del Presupuesto 2026 representa un importante logro para el Gobierno de Milei, quien llega a este hito tras dos años de gestión marcados por la crisis económica y la polarización política en Argentina.












