Flor Vigna, la reconocida actriz y bailarina, ha dado una exclusiva mirada a su hogar, revelando un espacio lleno de encanto y personalidad. La casa de Vigna, ubicada en un barrio tranquilo de la ciudad, es un reflejo de su estilo de vida y sus gustos personales.
Al entrar, lo primero que llama la atención son los detalles vintage que adornan cada rincón. Muebles antiguos, lámparas de época y objetos con historia le dan a la propiedad un aire de elegancia y calidez. "Me encanta rodearme de cosas con un pasado", comenta Flor. "Cada pieza tiene una historia que contar y eso le da un toque único a mi hogar".
Uno de los espacios más destacados es el living, donde predominan los tonos neutros y los textiles suaves. Un sofá de terciopelo verde oscuro se erige como el protagonista, flanqueado por sillones de líneas curvas y una mesa ratona de madera. En las paredes, cuadros y fotografías evocan momentos especiales de la vida de la actriz.
La cocina, por su parte, es un verdadero deleite para los amantes del diseño. Gabinetes blancos, encimeras de mármol y electrodomésticos de acero inoxidable se combinan en perfecta armonía. Un detalle que llama la atención es la presencia de una antigua estufa a leña, que Flor utiliza con frecuencia para cocinar.
En cuanto al dormitorio, Vigna ha creado un oasis de tranquilidad. La cama de madera con dosel y los textiles en tonos pastel transmiten una sensación de serenidad. Junto a la ventana, un pequeño escritorio y una butaca invitan a relajarse y disfrutar de la vista.
Pero sin duda, uno de los rincones más especiales de la casa es el patio trasero. Un jardín con plantas y flores bien cuidadas, una mesa de madera rodeada de sillas de hierro forjado y un pequeño cobertizo dan la bienvenida a quienes visitan este espacio.
"Mi hogar es mi refugio, el lugar donde puedo ser yo misma y expresar mi personalidad", afirma Flor Vigna. "Cada detalle, cada rincón, tiene un significado especial para mí. Aquí es donde me siento más cómoda y feliz".
