Daniel Sarcos, reconocido presentador venezolano, salió en defensa de su colega Maite Delgado tras la polémica generada por no permitir que la reina saliente del Miss Venezuela diera su discurso de despedida. Según Sarcos, Delgado simplemente estaba cumpliendo con las órdenes de producción en un evento de tal magnitud, donde cada segundo está estrictamente cronometrado.
La reciente edición del Miss Venezuela dejó más que una nueva corona. La conducción del evento, a cargo de Maite Delgado y otros presentadores, se convirtió en el centro de una de las polémicas más encendidas de los últimos años en la televisión nacional. El foco del conflicto no estuvo en las candidatas, sino en los animadores, específicamente en Delgado, quien fue duramente señalada por no ceder el micrófono a la reina saliente, Stephany Abasali, impidiéndole dar su discurso de despedida.
Ante el linchamiento digital que enfrentó Delgado, Daniel Sarcos, quien compartió durante años el escenario con ella, decidió intervenir para ofrecer una perspectiva profesional sobre lo ocurrido. Sarcos fue enfático al señalar que el malestar del público nace de un desconocimiento sobre cómo se manejan los tiempos y las órdenes en una transmisión en vivo, donde cada segundo está estrictamente valorado por la producción.
"Un animador, por más trayectoria que tenga, es un ejecutor de órdenes que vienen de la cabina de producción. En eventos como el Miss Venezuela no existe el libre albedrío para decidir quién habla o quién se queda en silencio. La pauta es un documento sagrado donde se indica quién se para en qué lugar y qué palabras debe decir. Salirse de ese protocolo sin una orden superior podría generar un caos logístico que pondría en riesgo la fluidez de la transmisión", explicó Sarcos.
El presentador zuliano recalcó que, aunque a él también le hubiera gustado que Stephany Abasali tuviera su momento de gloria para cerrar su reinado, esto no dependía de la voluntad de Maite. Para Sarcos, culpar a la animadora de "robarse el protagonismo" es un error, ya que ella simplemente cumplió con lo que estaba escrito y producido.
Uno de los puntos más interesantes que tocó Sarcos fue el manejo de la improvisación. Según su experiencia, un animador profesional solo improvisa cuando algo sale mal, como un fallo técnico o un retraso tras bastidores. En el caso de la coronación del Miss Venezuela, todo parece haber seguido el curso que la producción trazó, por lo que Maite no tenía razones para romper el protocolo y ceder un micrófono que no estaba pautado para la reina saliente.
Daniel insistió en que Maite Delgado dejó muy claro que lo sucedido no fue una decisión personal, sino una consecuencia de la organización del evento. "En la televisión en vivo, el presentador no tiene la potestad de alterar la estructura del programa para incluir segmentos que no fueron ensayados previamente", concluyó.
