La Comisión Arbitral de la Federación Colombiana de Fútbol ha tomado una decisión histórica al sancionar de por vida al árbitro Jhon Hinestroza, quien no podrá volver a dirigir partidos en el fútbol profesional colombiano. Esta medida, considerada la más severa posible para un juez central, se tomó tras un error cometido por Hinestroza en un partido de cuadrangulares de la Liga BetPlay 2024-2 entre Deportes Tolima y Once Caldas.
La sanción definitiva implica que Hinestroza, de 43 años, quedará excluido de toda competencia profesional organizada por la División Mayor del Fútbol Colombiano (Dimayor), incluyendo la Liga, la Copa, la Superliga y el Torneo de Ascenso. Esta decisión ha causado reacciones encontradas en las plataformas digitales, con algunos considerando la determinación como excesiva contra un profesional del arbitraje.
El origen de la sanción se remonta a un partido de la semifinal entre Deportes Tolima y Once Caldas, disputado el 8 de diciembre de 2024 en el estadio Manuel Murillo Toro. En ese encuentro, Hinestroza dejó de sancionar un aparente penalti a favor del equipo visitante en los minutos finales y tampoco señaló una supuesta mano dentro del área tolimense. Estas omisiones habrían resultado determinantes, pues el equipo de Manizales quedó al margen de pelear el título en el FPC.
El episodio generó una fuerte controversia en los espacios de opinión y diferentes medios de comunicación, y puso en entredicho la actuación tanto del árbitro como del sistema VAR, que no intervino para corregir la decisión de Hinestroza en este encuentro.
Antes de este incidente, Hinestroza había alcanzado el reconocimiento de árbitro FIFA, lo que le permitió dirigir partidos de alto nivel tanto a nivel nacional como internacional. Su trayectoria lo posicionaba como uno de los jueces más experimentados del país; sin embargo, tras el error en el partido mencionado y el posterior proceso disciplinario, su carrera en el fútbol profesional colombiano ha llegado a su fin.
La decisión de la Comisión Arbitral ha desatado reacciones encontradas y alimentado la discusión sobre la transparencia y los criterios utilizados para sancionar a los árbitros en Colombia. Algunas cuentas especializadas han cuestionado la consistencia de las medidas disciplinarias, argumentando que no existe un estándar uniforme en la aplicación de sanciones.
Con la exclusión de Hinestroza, la Comisión Arbitral envía un mensaje contundente sobre la severidad de las sanciones ante lo que considera errores graves de los colegiados, en un panorama en el que la calidad y la imparcialidad del arbitraje continúan bajo escrutinio. El árbitro, que alguna vez ostentó la escarapela FIFA, ahora quedará relegado a competencias de menor visibilidad, cerrando así un capítulo en la historia del arbitraje colombiano.











