Anthony Joshua, dos veces campeón unificado de los pesos pesados, demostró la abismal diferencia de nivel entre el boxeo profesional y el boxeo de exhibición al noquear de manera contundente a Jake Paul en el sexto asalto de su combate.
Lo que empezó como un reto mediático terminó en una paliza sin anestesia para el influencer reconvertido en boxeador. Joshua no se guardó nada y en los dos últimos rounds mandó a la lona a Paul cuatro veces, marcando claras diferencias entre el boxeo de vitrina y el de verdad.
El nocaut llegó en el sexto asalto, contundente y sin discusión. Joshua impuso su oficio, potencia y lectura de combate, mientras que Paul, quien había ganado sus anteriores peleas contra otros influencers y luchadores sin experiencia, chocó de frente con la realidad del alto nivel del boxeo profesional.
Las redes sociales no tardaron en reaccionar al contundente triunfo de Joshua. Memes, gifs y comparaciones inundaron las plataformas, llevando a Paul a su "hábitat natural": el relajo digital. Desde montajes con videojuegos hasta bromas sobre "tutoriales fallidos", el ingenio de los usuarios no tuvo descanso.
Con este resultado, queda claro que el "Arte de la Fistiana" no es un simple show, y que la diferencia entre el boxeo profesional y el boxeo de exhibición es abismal. Joshua demostró su superioridad y dejó en evidencia que Paul, a pesar de su éxito en las redes sociales, aún tiene mucho que aprender para competir al más alto nivel del boxeo.
