Minutos después de que Liga Deportiva Alajuelense levantara su estrella 31, se vivió una fiesta sin precedentes en la cancha del estadio. Entre lágrimas, bailes y cánticos, el liguismo no solo celebró un título, sino la reafirmación de una identidad curtida en medio de derrotas.
La tarima de los campeones se transformó en un confesionario de sentimientos abiertos. Jugadores como Kenyel Michel, Joel Campbell y Celso Borges protagonizaron emotivos momentos al dirigirse a la afición. Hubo contrastes, como la picardía de Aarón Salazar y la sobriedad de Borges, quien puso a latir al estadio.
Michel, a punto de despedirse, recibió el cariño de los hinchas que se negaban a dejarlo ir. Campbell, de rodillas, le habló al liguismo con el corazón en la mano. Borges, como un director de orquesta, hizo participar a todos los presentes en cánticos y gritos de guerra.
Otros jugadores como Diego Campos, Anthony Hernández y Elián Quesada también tuvieron su momento para agradecer a la afición. Incluso exfiguras como Bryan Ruiz, Wílmer López y Javier Delgado subieron a la tarima para ser parte de la celebración.
La fiesta se desbordó dentro y fuera del estadio. Alajuela se convirtió en una locura rojinegra, con los hinchas tomando las calles y congregándose en lugares emblemáticos como la Fuente de la Hispanidad. Fue una noche de pura euforia y entrega para los campeones de Alajuelense.










