La Navidad en Lima es una celebración que se renueva cada año con entusiasmo. A pesar de los cambios, el espíritu navideño sigue apoderándose del corazón de los limeños, quienes transforman sus casas, barrios e incluso calles enteras en escenarios llenos de luces, figuras y decoraciones que invitan a recorrer y disfrutar de la magia de esta festividad.
Uno de los lugares más conocidos es el Pasaje Rázuri, en el distrito de Comas, donde cada primero de diciembre las casas se convierten en pequeños mundos navideños con villas temáticas, juegos mecánicos en miniatura, Papá Noeles, renos y nacimientos que ocupan fachadas, balcones y veredas. La administradora y emprendedora Dassia Palacios lleva nueve años decorando su casa y cinco construyendo su propia villa, una de las más llamativas de la cuadra.
"A partir de la pandemia es que se vuelve una atracción", cuenta Dassia, quien se inspiró en las escenas navideñas de películas estadounidenses para replicarlas en su pasaje. La preparación puede tomar hasta tres meses de trabajo, entre la instalación externa y el armado interno de la maqueta. Pero Dassia no está sola, su familia es parte del proceso.
Y aunque el Pasaje Rázuri es uno de los más conocidos, no es el único. En distritos como Surco, San Isidro o Villa María del Triunfo, otras calles también se iluminan cada diciembre con propuestas similares: jardines convertidos en escenarios, villas temáticas que crecen año a año y recorridos que invitan a caminar sin prisa, mirar con asombro y dejarse llevar por el espíritu navideño.
Algunas de estas alternativas son la Calle David Hernández en San Isidro, conocida por sus casas decoradas con luces blancas, nacimientos y detalles clásicos; y Monte Umbroso en Surco, destacada por sus amplias decoraciones y jardines intervenidos, con fachadas llenas de luces, figuras de gran formato y montajes que aumentan su complejidad.
Estas calles y pasajes se han convertido en verdaderos puntos de encuentro para las familias limeñas, quienes buscan tomarse fotos y pasear de noche disfrutando de la magia de la Navidad. Un ritual colectivo que se renueva cada diciembre y que demuestra que el espíritu navideño sigue vivo en la capital.










