Con las sierras catamarqueñas como telón de fondo, Aníbal Moreno disfruta de sus vacaciones y del tiempo libre en su provincia natal, rodeado de su familia y conectado con su gran pasión: el fútbol. En un evento benéfico llamado "Amigos de Aníbal Moreno vs. Amigos de Nico Romero" -el otro jugador catamarqueño invitado al evento, que debutó en Atlético Tucumán y hoy juega en Minnesota United-, el volante central, a una firma de convertirse en refuerzo de River Plate, fue capitán del Club Deportivo Valle Chico, que enfrentó a Ferro de Chumbicha, representado por Romero.
Luego del partido en el que jugó 75', entre autógrafos y abrazos con la gente presente que se acercó al estadio con donaciones, Moreno habló sobre su futuro cercano en River Plate: "Hicimos lo mejor para mí, para mi familia y para mi futuro. Es una decisión correcta. Tengo muchas ganas de empezar el año y me estoy preparando muy bien. Si Dios quiere, vamos a estar cerca otra vez", dijo.
Esta declaración reforzó lo que ya había dicho apenas terminó el partido en diálogo con el Diario El Esquiú: "Hace tres horas que no agarro el celular, no vi nada ni me llegó ningún mensaje. Seguramente, cuando lo revise, me voy a enterar. No le cierro la puerta a nadie. Siempre se extraña a la familia y a la ciudad; si se da, es bienvenido".
En torno al interés de otros clubes, Moreno declaró priorizando la posibilidad por la cual se aceleró: "Sobre el interés de otros clubes: no tengo preferencias. Con mi representante se hablaron muchas cosas y avanzamos sobre lo más serio, sobre lo que creemos que puede ser lo mejor para mí. Ese es el camino que estamos siguiendo".
Las tratativas que desde Núñez profundizaron a última hora del jueves alcanzaron una cifra de equilibrio el sábado: u$s 7 millones de inversión por el centrocampista que ya no iba a tener tanto lugar en el Palmeiras de Abel Ferreira (pensando en 2026, hace unos días lo habían considerado transferible). De palabra, según pudo confirmar Olé, todo está a un intercambio de documentación de cerrarse. Tanto es así que las partes involucradas en la operación -que resta saber si será por el 80% o por el 100%- confían que todo pueda concretarse antes de brindar por la llegada de la Navidad. Para que, así, Moreno pueda firmar su contrato de cuatro temporadas y sumarse a los entrenamientos.
El giro que propició que la dirigencia de River Plate pisara a fondo el acelerador fue casi copernicano: Palmeiras pasó de tasar a Moreno en una cifra prácticamente inaccesible (u$s 15 millones) a abrirse a bajar sus pretensiones. Con una consigna: recuperar al menos lo invertido por Aníbal en enero de 2024, cuando le pagó a Racing precisamente lo que River pondrá para tener a su segundo refuerzo trabajando en Ezeiza.
Del lado del jugador, las intenciones estaban claras: volver a la Argentina era, dado el contexto, una buena opción. Y dio luz verde a las charlas entre los empresarios que lo representan y River Plate comprendiendo que con Ferreira ya correría desde atrás, que volver al país le tiraba para estar bien cerca de su familia -como celebró su madre Claudia- y que Lionel Scaloni continúa, además, buscando pivotes para sumarle competitividad a la Selección Argentina de cara al próximo Mundial.
