La violenta muerte de Leticia Rodríguez, una prestamista informal conocida como "gota a gota" en Guanacaste, Costa Rica, ha sacado a la luz un estilo de vida ostentoso que la víctima llevaba. Según las investigaciones, Rodríguez, de 40 años, había adquirido recientemente un vehículo de lujo cuyo valor rondaba entre los $84,900 y los $100,900, es decir, más de 40 millones de colones costarricenses.
Además, en agosto de 2024, la mujer también habría comprado otro automóvil de lujo, esta vez de la marca Toyota, el cual mostraba con orgullo en sus redes sociales. Rodríguez, de nacionalidad guatemalteca, se dedicaba a los préstamos informales conocidos como "gota a gota" y, según fuentes cercanas, llevaba un estilo de vida lujoso, con publicaciones en las que exhibía vehículos de alta gama, joyas, viajes, dinero, ganado, fincas y animales de raza.
El violento ataque ocurrió el pasado viernes en el barrio San Martín, en Nicoya, Guanacaste. Dos sujetos encapuchados llegaron al local donde se encontraban Rodríguez y su pareja sentimental, Merlin Álvarez, y les dispararon en múltiples ocasiones. Rodríguez murió en el lugar, mientras que Álvarez resultó gravemente herida y fue trasladada de urgencia al hospital.
Las autoridades del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) se encuentran investigando el caso para esclarecer los motivos del ataque y dar con los responsables. Según el informe preliminar, se recolectaron al menos 12 indicios balísticos en la escena del crimen.
Este caso ha generado conmoción en Costa Rica, ya que pone de manifiesto la violencia y la delincuencia que afecta a prestamistas informales, quienes a menudo se ven involucrados en actividades ilícitas y enfrentan graves riesgos. Además, revela la existencia de un mundo paralelo de lujo y ostentación que, en ocasiones, se encuentra vinculado a actividades delictivas.
Las autoridades han hecho un llamado a la población para que denuncie cualquier actividad sospechosa relacionada con préstamos informales, con el fin de combatir este tipo de delitos y proteger a las víctimas.










