El fútbol moderno exige cada vez más de los jugadores, y el caso de Moisés Caicedo, estrella de la Selección de Ecuador y el Chelsea, es alarmante. Un informe de la Federación Internacional de Futbolistas Profesionales (FIFPRO) ha revelado que el mediocampista ecuatoriano se encuentra entre los futbolistas más exigidos a nivel global.
Según el estudio, Caicedo ha recorrido distancias equivalentes a dar más de diez vueltas completas a la Tierra, acumulando más de 405.000 kilómetros en desplazamientos internacionales. Pero lo más preocupante no son los kilómetros en el aire, sino el escaso tiempo de recuperación entre partidos.
El informe señala que Caicedo promedia apenas 144 horas de descanso entre juegos, situándolo entre los 400 jugadores con menos tiempo de regeneración física en el mundo. Esta situación se agrava durante las fechas FIFA, cuando el cruce constante de zonas horarias y los viajes desde Europa hacia Sudamérica generan un "estrés fisiológico acumulado".
Para la FIFPRO, este patrón de sobrecarga no solo afecta el rendimiento inmediato en el campo, sino que también eleva significativamente el riesgo de lesiones musculares y crónicas. Además, la interrupción constante de los ciclos de sueño y el bienestar general de los atletas están en juego.
El caso de Caicedo no es aislado, pero sí uno de los más representativos de la región. El mediocampista ha llegado a confesar en ocasiones que juega con molestias físicas, una señal de alerta que coincide con su reciente suspensión en el Chelsea por acumulación de tarjetas y una expulsión. Algunos analistas vinculan estos factores con el agotamiento mental y físico.
Este informe reabre el debate sobre la saturación del calendario futbolístico. Mientras las organizaciones internacionales expanden sus torneos, la salud de los protagonistas principales parece quedar en un segundo plano. Para Ecuador, contar con un Moisés Caicedo en plenitud es vital de cara al Mundial 2026. Sin embargo, los datos de la FIFPRO sugieren que, sin una gestión adecuada de las cargas y un rediseño de los calendarios globales, el "motor" de la Tri y del Chelsea podría estar operando al límite de sus capacidades.











