La percepción del tiempo es un fenómeno fascinante que ha intrigado a los científicos durante mucho tiempo. Ahora, un estudio liderado por el profesor Martin Wiener de la Universidad George Mason ha descubierto que la memorabilidad de las imágenes que vemos puede alterar significativamente nuestra experiencia subjetiva del paso del tiempo.
Según la investigación publicada en la revista Nature Human Behaviour, cuanto más impactante y memorable es una imagen, más tiempo parece haber estado presente ante nuestros ojos. A través de una serie de experimentos, el equipo de Wiener demostró que los participantes tendían a pensar que las imágenes más memorables habían estado en su pantalla mental durante un período más prolongado de lo que realmente duró la experiencia visual.
Este efecto no solo se limitó a la percepción inmediata, sino que también se reflejó en una mayor capacidad de los participantes para recordar estas imágenes 24 horas después de haberlas visto. Wiener explica que este fenómeno, aunque solo se trate de segundos, tiene un efecto notable en nuestra percepción del tiempo.
"Para algunos estímulos, cuanto más memorables son las imágenes, el cerebro piensa que esto es muy importante. Necesito procesarlo lo más rápido posible y recopilar tanta información como pueda, y para hacerlo, voy a dilatar un poco el tiempo", afirma Wiener.
Un aspecto fascinante del estudio fue la inclusión de un modelo de inteligencia artificial del sistema visual, que también replicó los resultados humanos. Esto sugiere que el fenómeno de la dilatación temporal podría estar arraigado en los mecanismos fundamentales de procesamiento visual, tanto en humanos como en máquinas que replican la visión humana.
Las investigaciones de Wiener en el Laboratorio de Representación Espacial, Temporal y de Acción (STAR) de George Mason abarcan desde intervalos de tiempo muy cortos, que van desde milisegundos hasta aproximadamente un minuto, hasta la relación entre el movimiento y el tiempo. Estas exploraciones tienen aplicaciones potenciales en campos tan diversos como la danza, la música y la educación.
Aunque por ahora no es posible manipular voluntariamente nuestra percepción del tiempo, los hallazgos de este estudio abren la puerta a futuras investigaciones que podrían llevarnos a esa posibilidad. Mientras tanto, parece que la clave para "estirar" nuestra experiencia vital está en buscar y disfrutar de las imágenes más memorables y estimulantes.











