Alianza Lima volvió a sacudir a su hinchada con un fichaje que ha generado enojo, dudas y sospechas entre los aficionados. El club blanquiazul cerró la llegada del portero Alejandro Duarte, tercer arquero de Sporting Cristal, una operación que rápidamente encendió las alarmas.
El contexto no ayuda a calmar las críticas. Duarte sufrió una fractura de clavícula en 2023 y no juega un partido oficial desde el 10 de mayo de 2025, una ausencia prolongada que ha encendido todas las alarmas. Además, su rol reciente en Sporting Cristal fue el de arquero suplente sin protagonismo, muy lejos de un fichaje que eleve el nivel competitivo de un plantel que aspira a pelear títulos.
Las redes sociales explotaron apenas se conoció la noticia, con comentarios como "no se entiende el fichaje", "siempre reciclando" y "¿qué hay detrás de esta contratación?". Los hinchas de Alianza Lima cuestionan duramente la política deportiva del club, molestándose no solo por el nombre, sino por la sensación de que no se están cubriendo las verdaderas necesidades del equipo.
El malestar crece porque Alianza Lima atraviesa un momento en el que el margen de error es mínimo. Con salidas importantes como la de Hernán Barcos, un nuevo proyecto deportivo en marcha con el técnico Pablo Guede y la exigencia permanente de competir a nivel continental, la llegada de un portero sin ritmo competitivo parece ir a contramano del discurso de renovación y ambición que la dirigencia intenta instalar.
Según los últimos reportes, Alejandro Duarte gana 15 mil dólares mensuales, lo que significa que se llevará 180 mil dólares por temporada. Su valor de mercado, de acuerdo a Transfermarkt, es de 325 mil euros, habiendo alcanzado un máximo de 700 mil euros en 2022 cuando tenía 28 años.
Mientras Alianza Lima guarda silencio, la hinchada exige explicaciones claras y decisiones que estén a la altura de la historia blanquiazul. El fichaje de Duarte no solo deja dudas deportivas, sino que abre interrogantes más profundas sobre los criterios de contratación en el club.
