Kristin Cabot, la mujer que se vio involucrada en la polémica "kiss cam" durante un concierto de Coldplay, ha roto finalmente el silencio para contar su versión de los hechos. La joven, que fue captada besando a su jefe en la pantalla gigante del concierto, se vio inundada por las críticas y los comentarios negativos de desconocidos en redes sociales.
Cabot, de 28 años, relata cómo el momento que parecía ser un inocente gesto de cariño entre dos personas se convirtió en una pesadilla. "Fue una situación muy incómoda. Nunca esperé que el video se volviera viral y que recibiera tantos comentarios crueles y juicios de valor", afirma.
La joven, que trabaja como asistente ejecutiva, explica que asistió al concierto con su jefe, con quien mantiene una relación sentimental desde hace algunos meses. "Nuestra relación no es un secreto en la oficina, pero tampoco es algo que hayamos gritado a los cuatro vientos. Cuando nos enfocaron en la 'kiss cam', fue un momento espontáneo, no planeado", relata.
Sin embargo, una vez que el video se difundió en redes sociales, Cabot se vio inundada por una ola de críticas y ataques. "Recibí mensajes diciéndome que era una 'interesada', que estaba 'aprovechándome' de mi jefe. Incluso hubo quienes me acusaron de 'arruinar' el matrimonio de alguien más", lamenta.
La joven asegura que, pese a la polémica, su relación con su pareja sentimental sigue en pie. "Él ha sido un gran apoyo en todo este proceso. Sabe que lo que pasó no fue nada malo y que simplemente nos dejamos llevar por el momento", afirma.
Finalmente, Cabot hace un llamado a la empatía y a evitar juzgar situaciones que no se conocen en su totalidad. "Creo que deberíamos ser más compasivos y evitar sacar conclusiones apresuradas. Todos merecemos privacidad y respeto, incluso en momentos públicos", concluye.
