La polémica baliza V16 esconde una historia humana protagonizada por dos ex guardias civiles gallegos que, como reconocen, han perdido hasta la camisa por este invento que ahora les permite recoger los frutos, pero no hacerse ricos, pues la V16 no tiene patentes ni genera royalties.
Jorge Torre y Jorge Costa, los Jorges, ponen el lado humano de un invento que tiene poco que ver con las balizas V16 conectadas tal y como las evolucionó la Dirección General de Tráfico (DGT), que está obligando a comprarlas a más de 30 millones de conductores.
Hoy son fabricantes de una de las más conocidas, Netun-Help Flash, pero cuando ellos la desarrollaron "no estaba conectada, sino que era una luz de emergencias similar a la que usan los coches camuflados de la Policía y estaba destinada para que las personas con problemas de movilidad no tuvieran que bajar del coche a colocar los triángulos".
Tal y como matizan, "en España hay hasta 300.000 conductores con problemas de movilidad que no pueden colocar los triángulos y unos cinco millones de mayores de 65 años para los que salir del coche en una carretera es un problema. Este es el origen de nuestro invento".
La idea inicial era usar juntos V16 y triángulos
La génesis real de la V16 que los Jorges fabricaron en 2015 se remonta a su experiencia como miembros de la Guardia Civil de Tráfico. "Hemos visto muchas cosas en la carretera, muchos atropellos de peatones que se bajaban del coche tras un accidente y no sabían ni colocar los triángulos, bajo ese nivel de estrés la gente se comporta de forma errática y pasa lo que pasa", explica Jorge Torre.
Lo que hicieron fue adaptar las luces de los coches camuflados de la Guardia Civil o de la Policía a un uso más racional dirigido a señalizar de noche de forma inmediata. Además, muchas de las averías que se producen son eléctricas y los coches se quedan sin iluminación, por eso estas balizas tienen pilas o baterías.
Cuando diseñaron la primera luz, la idea era hacerla compatible con el triángulo, en aquel momento era una idea nueva y no valoraban sustituir los triángulos, sino un complemento.
Todo cambió en 2015 o 2016, con el cambio de dirección en la DGT. Fue cosa de Jorge Ordaz, un subdirector que era informático y se encargó de la puesta en marcha de la DGT 3.0, la nube de información que almacena todas las emergencias del tráfico en España en tiempo real.
"Entonces la DGT 3.0 que había desarrollado no tenía usos, le costaba sacar adelante el proyecto, por eso en ese momento se le ocurrió conectar las balizas con la DGT, ahí nuestra baliza analógica se convierte en la digital actual", explica Jorge Costa.
Justo después de la pandemia, en 2021, la idea salió adelante y se montaron las mesas de trabajo. Antes, los Jorges fabricaron balizas no conectadas algunos años, las que hoy conocemos como "falsas balizas".
"Entendemos que la gente lo vea como que a última hora del año llega la Administración y les obliga a gastarse 50 'pavos' sin más... evidentemente hay un problema", reconocen los Jorges.
Hay que explicar al ciudadano por qué cuesta 40 o 50 euros, que dispone de una conexión de 12 años prepagada para que sea anónimas y que el conductor no tenga que dar ningún dato, defienden.
"Nosotros somos parte interesada y tenemos que defender la V16, pero cuando explicamos todo esto que hay detrás la gente lo entiende, aunque siempre va a haber gente que esté en contra, al final la DGT es la mala de la película, la que multa, los que recaudan. Como ciudadano entiendo perfectamente el cabreo", añaden.
La DGT 3.0 es un proyecto europeo y la V16 forma parte del mismo, de hecho la nube ya funciona en Países Bajos y Alemania. "Claro que hay estudios", aseguran los Jorges, que han participado en ellos junto a la Guardia Civil de Tráfico y la propia DGT.
Respecto a las críticas, los Jorges reconocen que "hay un problema de explicación a las personas, una falta de información correcta, la comunicación ha llegado tarde y mal, nadie le ha explicado las ventajas al ciudadano y ahora nos toca a nosotros pero no debería ser nuestra labor".
Ni cobran royalties ni se van hacer ricos con la V16, aclaran. "Esto es transparente, no hay que engañar a nadie, es tan fácil como consultar el registro mercantil, el año pasado perdimos más de un millón de euros, el anterior dos y medio. Este año irá mejor y ganaremos. Nosotros tenemos un 20 % sobre el capital de la compañía, el registro es público", explican.
"El mejor consejo es no gastar dos veces, comprar calidad, que esté homologada y dentro de esto que esté bien hecha. Y si es fabricada en España mejor que mejor", concluyen los Jorges, que se sienten víctimas de una polémica que les ha costado mucho.










