La producción petrolera de Ecuador sufrió dos caídas notables durante 2025, la primera en marzo por problemas operativos y la segunda, más pronunciada, en julio por restricciones logísticas en el transporte de crudo. Estas interrupciones llevaron la producción a niveles mínimos no vistos en más de 20 años, con un promedio anual que bordeará los 438 mil barriles diarios, muy por debajo de lo presupuestado.
La menor disponibilidad de crudo, combinada con la caída de los precios internacionales, ha reducido drásticamente los ingresos por exportaciones petroleras del país. Entre enero y octubre de 2025, las exportaciones de crudo sumaron 16 millones de toneladas, un 8,4% menos que en el mismo período de 2024, mientras que el valor de esas ventas externas se contrajo un 20,5%, hasta los $6.544 millones.
Esta situación ha impactado directamente en las finanzas públicas. Los ingresos petroleros que entraron al Presupuesto General del Estado entre enero y octubre de 2025 sumaron $1.261 millones, un 25% menos que en el mismo período del año anterior. Con una producción en mínimos, exportaciones a la baja y precios por debajo de lo presupuestado, el petróleo pierde capacidad para amortiguar el desequilibrio fiscal, que se estima cerrará 2025 con un déficit superior a los $5.000 millones.
Las proyecciones para 2026 no son alentadoras, ya que no se prevé un repunte en los precios internacionales del crudo, lo que limita la posibilidad de una recuperación de los ingresos petroleros. La única opción para mejorar la situación sería un aumento de la producción, algo que el país no ha logrado en los últimos años, sin poder siquiera recuperar los niveles históricos por encima de los 500 mil barriles diarios.
