Hace 22 años, el 14 de diciembre de 2003, Boca Juniors se consagró campeón de la Copa Intercontinental al vencer al poderoso Milan de Italia en definición por penales, luego de empatar 1-1 en los 120 minutos reglamentarios. Aquel título sería el último de un equipo argentino en ese prestigioso torneo, que posteriormente se transformaría en el Mundial de Clubes.
El conjunto dirigido en aquel entonces por Carlos Bianchi, quien ya había conseguido ese logro en dos ocasiones anteriores con Boca y Vélez Sarsfield, se impuso en la tanda de penales gracias a las atajadas de Roberto Abbondanzieri y la certera ejecución de Raúl Cascini. Antes, Matías Donnet había empatado el gol de Jon Dahl Tomasson para el Milan.
Aquella histórica victoria en Yokohama, Japón, consagró a un Boca Juniors que supo imponerse al poderío de un Milan repleto de estrellas como Dida, Cafú, Paolo Maldini, Seedorf, Pirlo, Kaká y Shevchenko, entre otros. Fue la tercera estrella mundial para el club xeneize, que se convirtió en el último equipo argentino en levantar ese trofeo.
Desde entonces, han pasado 22 años y ningún otro club de nuestro país ha podido replicar esa hazaña. Boca, Estudiantes, San Lorenzo y River Plate han intentado sin éxito coronarse campeones del mundo en los sucesivos torneos, ya sea la Copa Intercontinental o el Mundial de Clubes.
Aquel triunfo de Boca en 2003 sigue siendo un hito imborrable en la historia del fútbol argentino, un logro que parece cada vez más inalcanzable para nuestros equipos en el ámbito internacional. Sin embargo, la gesta de aquellos jugadores xeneizes permanece viva en la memoria de los hinchas y en la grandeza del fútbol nacional.
