El seleccionado brasileño de futsal femenino hizo historia al conquistar por primera vez el título de la Copa del Mundo de la categoría, disputada en Manila, Filipinas. La Canarinha venció 3-0 a Portugal en la final y se convirtió en la única selección del mundo en tener derecho a bordar una estrella en su camiseta, símbolo del campeonato mundial.
La estrella del equipo, Emily, fue la goleadora del torneo con 7 tantos y también fue elegida como la mejor jugadora. Junto a ella, Amandinha, ocho veces elegida como la mejor del mundo, y Débora Vanin anotaron los goles de la final.
La arquera Bianca no pudo contener la emoción después del triunfo: "Por más que hayamos soñado con esto, describir este momento no es fácil. Hay una mezcla de sensaciones, lloré mucho, pero ahora estoy muy feliz. Ganamos a selecciones muy importantes y creo que escribimos nuestro nombre en la historia por generaciones. Brasil merece esta primera estrella, sobre todo por la forma en que se conquistó".
El técnico Wilson Sabóia elogió el compromiso y la calidad de su plantel: "Nunca trabajé con un grupo tan comprometido, capaz, inteligente y sabio. Es lógico que la relación es difícil, porque fueron 52 días juntos de preparación y competición. Hubo momentos de desequilibrio, pero lo importante es que logramos el objetivo y ahora somos campeonas mundiales. Brasil es el primer campeón mundial y eso quedará en la historia".
La capitana Taty resaltó que este título dará esperanza a las próximas generaciones de niñas que sueñan con jugar futsal: "Ahora ellas pueden ver ese sueño hacerse realidad. Esto es muy importante para que continúen en este camino y el deporte les dé una vida digna. Estamos abriendo espacios para que lleguen con más facilidad y puedan alcanzar sus propios sueños".
Si bien reconoce que aún hay un camino por recorrer hacia la igualdad con el fútbol masculino, Taty afirmó que "el futsal femenino es un hermoso espectáculo" y que van "por el camino correcto" para lograr una mayor valorización.










