El viaje del autor a Suecia le abrió los ojos sobre los mitos y realidades de este país nórdico. Lejos de ser un lugar "mecánico" y "plano", Suecia se reveló como una sociedad con un modelo de desarrollo sostenible y una filosofía de vida basada en el "Lagom" (la justa medida).
A diferencia de los capitalismos ilimitados o los socialismos represivos que conocemos, Suecia ha logrado un equilibrio entre crecimiento económico y bienestar social. Sus altos índices de calidad de vida, educación y seguridad contrastan con la idea preconcebida que se tenía en Guatemala sobre este país.
El autor describe su asombro al conocer detalles como los modestos apartamentos de los diputados distritales o la libertad de los ciudadanos para acceder a espacios privados. Estos elementos reflejan una filosofía de vida que prioriza el bien común sobre el enriquecimiento individual.
Lamentablemente, en Guatemala se logró "echar" a Suecia, perdiendo así la oportunidad de aprender de su modelo de desarrollo. El autor se cuestiona si algún día su país podrá aspirar a ese nivel de bienestar y por qué se permitió que se rompiera esa valiosa relación bilateral.
La experiencia del autor en Suecia demuestra que los prejuicios y las ideas preconcebidas pueden nublar nuestra capacidad de ver la realidad. El "Lagom" sueco, lejos de ser un obstáculo, puede ser una inspiración para construir sociedades más justas y sostenibles.











