John Martinis, galardonado con el Premio Nobel de Física en 2022, concedió una entrevista reveladora donde habla sobre su salida de Google, su pasión por la física básica y su sueño de desarrollar una computadora cuántica útil para la sociedad.
Martinis, de 67 años, fue contratado por Google en 2014 para liderar su equipo de inteligencia artificial cuántica. Sin embargo, en 2020 decidió renunciar a su puesto, explicando que "era sumamente infeliz trabajando allí". Según el físico, en entornos corporativos "la mayoría de la gente ve la física de forma muy distinta a como lo hacemos quienes trabajamos en ciencia básica".
"En una empresa como Google siempre tienes que seguir una hoja de ruta para lograr unos objetivos. Pero en física te surgen miles de ideas, el valor está en la creatividad de esas ideas y no puedes estar tan atado a una hoja de ruta, así que decidí romper con ellos y montar una empresa (Qolab) donde tenga libertad plena para inventar cosas", relata Martinis.
El físico, quien junto a sus colegas Michel Devoret y John Clarke demostró en 1985 dos propiedades clave de la mecánica cuántica, asegura que su "sueño es que Qolab construya o colabore de forma determinante a desarrollar una computadora cuántica útil". Y vaticina que "es muy posible que entre cinco y diez años habrá una computadora cuántica de uso general".
Martinis advierte que esta revolución tecnológica "va a cambiar la seguridad en internet y muchas otras cosas. Habrá un antes y un después". Por ello, hace un llamado a que la sociedad se prepare seriamente para los profundos cambios que traerá consigo la computación cuántica.
El galardonado con el Nobel recuerda con nostalgia los años en los que, junto a sus colegas, lograron ese hallazgo fundamental para la física moderna. Describe aquel ambiente de trabajo como un "libre intercambio de ideas" donde "había mucha pasión porque queríamos hacer muy bien el experimento".
"Aquello fue una experiencia increíble, y hoy sé que cuesta mucho que ese tipo de ambiente se vuelva a dar", lamenta Martinis, quien ahora se enfoca en recuperar esa dinámica creativa en su propia empresa Qolab.
