Investigadores de la Universidad de Stanford han desarrollado un innovador dispositivo portátil diseñado para ayudar a las personas a mantener la atención y estar más presentes en el momento, sin necesidad de seguir instrucciones de meditación guiada o mirar pantallas.
El equipo, liderado por la investigadora principal Yujie Tao, ha creado un sistema que amplifica los pequeños sonidos de la vida diaria que a menudo pasamos por alto, como la fricción de las manos, el roce de la ropa o el rasguño de un rotulador. Utilizando dos brazaletes con micrófonos, el dispositivo capta estos sonidos y los transmite en tiempo real a los auriculares del usuario, haciendo que la realidad física se sienta más nítida e inmediata.
"Nuestro objetivo era ayudar a la gente a notar los momentos en los que normalmente se quedan dormidos en sus teléfonos", explica Sean Follmer, director del laboratorio detrás del proyecto.
A diferencia de otras herramientas de mindfulness que dependen de instrucciones o guías, este enfoque utiliza señales sensoriales en bruto para atraer naturalmente la atención del cerebro hacia la tarea que se tiene entre manos, lo que podría ser especialmente beneficioso para quienes lidian con trastornos de atención como el TDAH.
En un estudio con 60 participantes, los resultados fueron muy positivos. Las personas que usaban el equipo de amplificación de audio obtuvieron puntuaciones significativamente más altas en las pruebas de mindfulness y pasaron mucho más tiempo explorando realmente los objetos frente a ellos, en comparación con quienes no lo utilizaban. Su comportamiento también cambió, mostrando una mayor lentitud, más exploración y más atención a los detalles.
Incluso los expertos en mindfulness quedaron impresionados por la experiencia, describiendo la sensación como "segura e íntima" y afirmando que les ayudó a "enamorarse de nuevo del mundo".
El equipo de Stanford planea realizar estudios a largo plazo para analizar cómo el uso del dispositivo afecta a aspectos como la ansiedad y la regulación emocional, así como explorar la posibilidad de integrarlo en terapias y programas de apoyo para el TDAH.
"El potencial es enorme", dice Tao. "Esto podría ayudar a las personas a reconectar con su entorno y consigo mismas".
