La política exterior del presidente Donald Trump hacia Venezuela se basa en cinco verdades, según el analista Carroll Ríos de Rodríguez.
En primer lugar, Venezuela es un bastión del comunismo en América Latina, y la caída del dictador Nicolás Maduro debilitaría al régimen castrista en Cuba, así como a los movimientos revolucionarios en otros países de la región. Si Maduro abandonara el poder, Irán, China y Rusia perderían mucho, ya que han invertido extensamente en Venezuela y Cuba, pero difícilmente se enfrentarían a Estados Unidos militarmente.
En segundo lugar, Venezuela es un eslabón importante en el tráfico de drogas de América Latina hacia Estados Unidos. Se estima que el gobierno venezolano obtuvo ingresos brutos por narcotráfico de aproximadamente $8,236 millones en 2024. Desde agosto del año pasado, el gobierno estadounidense ofrece una recompensa de $50 millones por Maduro, señalado de ser uno de los líderes del Cártel de los Soles y de traficar cocaína, otras drogas y armas a Estados Unidos.
En tercer lugar, las drogas ilegales han causado la muerte de cientos de miles de estadounidenses. Tan solo en 2023, fallecieron 105,007 personas por sobredosis, 29,449 de ellas por consumo de cocaína. Estados Unidos es el mayor consumidor de drogas ilegales en el mundo, y una parte de ellas proviene del sur de América.
En cuarto lugar, la evidencia apunta a que Edmundo González ganó la elección general de 2024, y Maduro es un usurpador. Además, María Corina Machado ha librado una inteligente lucha de oposición y fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz en 2025, pero el pueblo venezolano no ha logrado librarse del yugo comunista.
Finalmente, las reservas de petróleo más grandes del mundo están en Venezuela, pero la ineficiencia del gobierno socialista ha reducido por más de la mitad la producción y exportación del petróleo en comparación con lo que generaba antes de 1999.
Trump ha aumentado la flotilla de buques militares estadounidenses en las costas de América del Sur, demostrando un elevado compromiso con la liberación del pueblo venezolano. Sin embargo, es prematuro cantar victoria, ya que Trump se cuidará de no cometer los errores de sus predecesores en Vietnam o Afganistán y probablemente evitará una invasión frontal.
Mejorar el control sobre el influjo de sustancias ilegales a Estados Unidos podría tener un leve efecto sobre la crisis de drogas en dicho país, pero la raíz del problema es netamente interna. Poco cambiará hasta que se reduzca la demanda de consumo y se reconozca que la crisis es una cuestión de salud pública, tomando en consideración los incentivos económicos perversos que genera la prohibición.
