Enrique Ayala Mora, uno de los más destacados intelectuales y líderes políticos de Ecuador, falleció a los 79 años. Ayala Mora, conocido como el "Quijote andino", se distinguió por su vasta obra académica, su compromiso social y su incansable defensa de la democracia y la identidad ecuatoriana.
Nacido en Quito en 1942, Ayala Mora se convirtió en una figura clave en la vida pública de Ecuador durante décadas. Fue historiador, docente universitario, político y activista social, dejando una huella indeleble en múltiples ámbitos.
Su trayectoria académica fue impresionante. Fue profesor de Historia en la Universidad Andina Simón Bolívar y la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, donde formó a generaciones de estudiantes. Autor de numerosos libros y ensayos, sus obras abordaron temas fundamentales de la historia ecuatoriana y latinoamericana, como la Revolución Liberal, el desarrollo del Estado y la construcción de la identidad nacional.
Más allá del mundo académico, Ayala Mora se destacó por su compromiso con la democracia y los derechos humanos. Fue un firme opositor a las dictaduras militares que asolaron Ecuador en el siglo XX, y defendió incansablemente la libertad de expresión y la participación ciudadana.
En el ámbito político, Ayala Mora fue diputado y candidato presidencial, representando una visión progresista y nacionalista. Desde el Partido Socialista, impulsó reformas sociales y la defensa de la soberanía ecuatoriana frente a los intereses foráneos.
Su legado, sin embargo, va más allá de sus logros políticos y académicos. Ayala Mora se ganó el respeto y la admiración de sus compatriotas por su integridad, su honestidad y su inquebrantable defensa de los valores democráticos. Fue visto como un "Quijote andino", un intelectual que luchaba por causas nobles y justas, sin importar los obstáculos.
La noticia de su fallecimiento ha generado una profunda conmoción en Ecuador y en toda la región. Líderes políticos, académicos y ciudadanos han rendido homenaje a Ayala Mora, destacando su invaluable contribución a la construcción de una sociedad más justa, equitativa y democrática.
El "Quijote andino" ha dejado de existir físicamente, pero su legado y su ejemplo seguirán inspirando a quienes luchan por defender la historia, la identidad y la democracia en Ecuador y América Latina.












